Mujeres en la calle, el 1º de mayo y siempre. Artículo de Opinión.
La primera vez que salimos a la calle fue en el año 1977 y las trabajadoras pedíamos trabajo digno y condiciones laborales adecuadas a los nuevos tiempos que se avecinaban bajo un régimen político democrático. No era de recibo mantener condiciones impuestas por una dictadura mientras avanzábamos hacia una democracia.
Estábamos acompañadas en esta lucha por los sindicatos y partidos políticos que aspiraban a un cambio real de la sociedad, y que concebían la lucha obrera como piedra angular del cambio social que defendían.
Las mujeres, especialmente en aquel momento, unieron sus fuerzas a este movimiento desde el convencimiento de su papel activo en el cambio social y en la lucha obrera, abandonaban la tutela de los hombres para desarrollarse como entes sociales en igualdad de condiciones, desde el convencimiento de que el espacio laboral y sindical necesita de la mitad de la población.
Hoy como ayer, necesitamos salir a la calle a reclamar lo obvio, porque las cifras de paro femenino en Castilla la Mancha superan el 27% y sabemos que la precariedad tiene nombre de mujer. Las mujeres seguimos cargando sobre nuestros hombros y trabajos una peor calidad laboral, unos contratos de menos horas, que son a tiempo parcial, con menor salario y donde no se nos reconoce como profesionales a la altura de nuestros compañeros hombres. Hemos sufrido en estos tiempos de crisis una salida del mercado laboral para dedicarnos a los cuidados en detrimento de nuestras pensiones y nuestros ingresos.
Las mujeres somos clase obrera, explotadas y oprimidas por el consumismo de nuestros cuerpos y nuestra fuerza de trabajo, exprimidas por la avaricia y la acumulación de riqueza de unos pocos que nos quieren condenar a la exclusión y al paro, a la precariedad y a la economía de subsistencia, que nos impedirá vivir con dignidad siempre ocupadas en nuestra supervivencia.
Una avaricia neoliberal que desdibuja los derechos sociales y laborales creíamos consolidados y que nos arrebatan poco a poco mientras nos anestesian con discursos generalistas que nos incluyen a todas en la carga de la culpa.
Nuestra sociedad necesita que recuperemos el papel social y sindical de la clase obrera, con mujeres a la cabeza y en primera línea; removiendo conciencias, movilizando a las bases de mujeres que están sufriendo la embestida de este liberalismo salvaje que soporta sobre los hombros de las trabajadoras la mentira de la conciliación, la farsa de la equidad en el acceso a los puestos directivos, la trampa de la igualdad salarial basada en los contratos a tiempo parcial y en resumen un sometimiento laboral donde los derechos colectivos conquistados con anterioridad se pierden en las negociaciones individuales que tanto daño hacen a las trabajadoras y tanto favorecen a los dueños del capital.
Por estos motivos llamamos a la unidad de la clase obrera y la visibilización de la lucha por la igualdad de las mujeres en el ámbito laboral.
Solo tomando conciencia de nuestro papel, podremos transformar la realidad y ocupar el espacio que es nuestro, de las trabajadoras.
Isabel Álvaez Domínguez
Responsable regional de mujer de IU Toledo
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