¿Visitará Felipe a los vecinos saharauis?
Nos dicen que los primeros viajes del nuevo monarca van a ser a los países vecinos. De inmediato, surge el interrogante que es lo que interpreta Felipe por países vecinos.
Portugal, Francia y Marruecos es la exposición que de ello hacen los medios. Pero hay otro vecino camuflado por el silencio: es la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La RASD ha sido reconocida como Estado por más de 70 países. Sin embargo, para España el territorio del noroeste de África que llamamos Sahara Occidental(muy próximo a las Islas Canarias), y que viene perfectamente delimitado en el globo terráqueo, no es más que parte de Marruecos. Por tanto, para el joven rey parece que carece de importancia visitar ese país del que un día España se consideró dueño y señor.
Habría que recordar al “preparao” que debe tener presente que, además de compartir vecindad, España es potencia administradora de estos territorios que dejó fruto del acuerdo tripartito de 1975 en manos de cualquiera (Marruecos y Mauritania, aunque esta última renunció finalmente cediendo su “parte” de negocio a los marroquíes), sin contar con las voluntades del pueblo.
Una Delegación de Izquierda Unida de Castilla-La Mancha ha realizado una visita recientemente a parte del pueblo saharaui. Es por ello, que desde esta Delegación queremos insistir al joven monarca la necesidad de que se acerque y conozca a los vecinos saharauis.
En primer lugar, querido Felipe, deberá tener en cuenta que este pueblo está repartido y dividido por un muro. Así que tendrá usted que hacer al menos dos viajes más de los ya previstos.
El uno será a los territorios ocupados por Marruecos. Ahí seguramente será usted bien recibido por sus amigos marroquíes y tendrá oportunidad de ver como explotan la riqueza de los territorios del Sahara, fosfatos y pesca, básicamente. Pero también se encontrará con personas que ni se sienten, ni son marroquíes. Verá como los derechos humanos y las libertades públicas de ellos no son reconocidos. Quizá se encuentre con alguno que haya sido torturado simplemente por gritar “Sahara libre”. Muchos de ellos además le hablarán en nuestro idioma por lo que no tendrá ni tan siquiera que hacer gala de sus conocimientos lingüísticos.
A pocos kilómetros, un poco tierra a dentro, donde el terreno se hace más inhóspito verá otro panorama. Pero lamentablemente no podrá hacer el recorrido en coche. Un muro defensivo de 2700 km de largo con minas a los lados lo impide. Estamos seguros de que usted no tendrá problemas para atravesar la pequeña distancia por aire. Ellos, los saharauis tienen que dar un rodeo un pelín más largo, precisamente a través de nuestro país, si quieren pasar al otro lado. Seguro que no le suena lejano. ¿Recuerda usted a la activista Aminetu que en este trasiego permaneció días en Canarias haciendo huelga de hambre hasta que consiguió que le fuera devuelto el pasaporte en el que se reconocía su verdadera identidad saharaui, que no marroquí?
Bien, pero volvamos a su ruta hacia ese otro lado del muro. Pues ahí están los territorios que el Sahara consiguió liberar. Verá usted que son pocos y pobres. Ahí no tienen fosfatos ni pesca Nada con lo que negociar con la comunidad internacional. Y al ladito está los campamentos. Ya sabe, son campamentos de refugiados en los que permanecen asentadas cerca de 200.000 personas desde el año 75. Dirá usted que eso es territorio de Argelia. Claro que sí: es un terreno totalmente inhabitable que Argelia les cede de forma provisional cuando familias enteras, debido a la “Marcha Verde” marroquí y a los bombardeos con los que fueron acosados, tuvieron que salir huyendo de sus casas, muchas veces en villas con un nombre tan español como “Villlacisneros” ¡Figurese el grado de implicación que tenía nuestro país en la cuestión! Pues bien de allí será de donde, si lo sabe aprovechar, se va a traer usted una lección muy práctica de dignidad, resistencia y organización. La dignidad del pueblo saharaui que se siente como tal y, a pesar de haber transcurrido 39 años, no renuncia a su libertad. La resistencia de los saharauis que defendieron su territorio contra el invasor que además contaba con la ayuda internacional, tal y como evidencia el armamento con sello de la OTAN que fue incautado por soldados saharauis. Y, la organización de ese pueblo por medio del Frente Polisario y a través del trabajo voluntario y la solidaridad internacional.
A buen seguro el espíritu humanitario con el que sabemos usted cuenta le harán comprometerse en la ayuda económica con esa gente que carece incluso de agua. Pero ha de saber que eso es sólo un remedio provisional una forma de paliar el camino. Que lo que espera el pueblo saharaui de usted es un paso más. Una solución política a su conflicto. Y ahora le pedimos que no nos venga con eso de que “el rey reina, pero no gobierna”. Usted bien sabe el grado de implicación que ha tenido su padre con su amigo el rey de Marruecos y que todo ello ha retrasado hasta la fecha de hoy el referéndum que ellos piden. Sí, Felipe, porque aunque su demanda es más que reconocida por el Derecho Internacional sin más, lo que reclaman, con lo que se conformarían, es con que se hiciera un referéndum para poder decidir ¿Cree que hay algo más democrático que un referéndum? Ese referéndum lo saben ganado. No sólo en su pueblo, sino también en el nuestro porque ellos son conscientes de que la voluntad del pueblo español no se corresponde con lo que están haciendo nuestros gobernantes. Los saharauis son amigos del pueblo español, pueblo sobre el que usted reina. Los saharauis hacen seguimiento de nuestra política porque presuponen debidamente que la voluntad de nuestro gobierno influye y mucho en su futuro. Los saharauis esperan expectantes cualquier cambio en nuestro país; esté seguro de que siguieron al punto su coronación con la esperanza puesta en que su reinado fuera diferente al de su padre. Y más en profundidad se podrán preguntar qué significado democrático tiene en España la falta también de un referéndum que permita decidir cómo sería la jefatura del Estado Español
Por todo, Felipe, esta Delegación quiere transmitirle la necesidad de que visite al vecino saharaui; porque es el vecino más cercano culturalmente, puesto que así quisimos que lo fuera en el periodo de dominación; porque son los que más esperan de usted y porque aunque no traiga ningún beneficio económico si va a traer su mirada en el corazón. Y, si finalmente se decide a dar políticamente un paso más, podrá ver como esa mirada se llena de felicidad cuando puedan volver a su tierra, que caiga el muro y el Sahara sea libre.
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