El PP de Argés, ¿a la altura de las circunstancias? / Artículo de opinión

Solo hay algo más preocupante que el ejercicio monopolístico del poder que hace el Partido Popular al frente del Ayuntamiento de Argés: las consecuencias que sufre la ciudadanía por sus desatalentadas decisiones políticas.

La cerrazón de la Alcaldía para mejorar los recursos públicos empieza a hacer mella en la población argeseña. Esta, además, se ve sazonada con una ingente cantidad de laberintos jurídicos e institucionales que lo único que hacen es dificultar la fiscalización y el ejercicio de una ciudadanía activa a la población argeseña ¿Cuántos años hace que la oposición política en el municipio lleva pidiendo a Guerrero la contratación de más agentes de Policía Local?
¿Cuánto tiempo llevamos pidiendo la mejora de las condiciones laborales de los mismos?
¿Le importa algo siquiera la seguridad de la población argeseña a nuestro alcalde y a su equipo de gobierno?

Lo que es un hecho más que constatado es que Argés necesita un cuerpo de Policía Local en proporción a su población. Tristemente, Guerrero, alcalde de la corporación local, concibe una realidad limitada circunscrita a las leyes. Cuando la oposición en el Ayuntamiento pidió ampliar la plaza según la recomendación de instituciones como la Federación Española de Municipios y Provincias o las directrices que da la propia Unión Europea, la máxima autoridad del Ayuntamiento y representante de toda la ciudadanía argeseña solamente pudo contestar que, cuando estas ratios estén en la ley, ya hará algo al respecto. Sin embargo, los argeseños y argeseñas sabemos la necesidad de un cuerpo de seguridad que evite los asaltos que se producen en domicilios y locales comerciales en este pueblo.

No iban muy desencaminadas las ratios (relación entre Policías Locales y habitantes de un municipio) cuando, por ejemplo, en mayo de 2017 o en julio de 2019 se determinó que era necesario un refuerzo coyuntural. No existió refugio jurídico suficiente para que Guerrero pudiera ocultar la necesidad factual (y no una opinión, como la catalogaba en 2016) de aumentar la plantilla de Policía Local. La oposición tuvo razón, para desazón del Partido Popular argeseño, que, finalmente, tuvo que abrir otra plaza.

Sin embargo, la necesidad de un cuerpo de Policía Local estable, sin plazas vacantes, no solo se basa en una necesidad circunstancial (que ocurre todos los años), sino en otros sucesos que se mantienen constantes el resto de los meses, como la vandalización de espacios públicos y privados, las visitas no deseadas en hogares de familias argeseñas o los asaltos a locales comerciales del municipio. Por no hablar de que los pocos espacios públicos de este municipio, empezando por la piscina municipal o los propios centros escolares, son también responsabilidad directa de este cuerpo de seguridad.
Y no solamente los allanamientos que se producen, por desgracia, cada poco tiempo. Es que la Policía Local también es el cuerpo que presta auxilio en casos de catástrofes, como las que tristemente hemos visto este pasado año; desde Filomena, en enero, hasta las torrenciales lluvias que hicieron de Argés una verdadera zona catastrófica a finales del verano. Ni siquiera una pandemia como la de la COVID-19 fue suficiente para hacer mover ficha, en este sentido, a la enrevesada administración argeseña.

Mientras tanto, el Partido Popular argeseño se deshace en discursos para «respaldar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», cuando no mueve ni un dedo para mejorar las condiciones laborales de estos allá donde tiene competencias. ¿Recordará la ciudadanía argeseña aquellos días en los que el compromiso electoral del Partido Popular era cubrir las plazas de la Policía Local? La vergüenza de esto es que se venda como éxito el cumplimiento de la responsabilidad que, dicho sea de paso, adeuda cada poco tiempo a la población de Argés. Quizás, el equipo de gobierno argeseño tenga que hacer una autoevaluación y descubrir cuál es la razón de que se convierta en una triste costumbre que los miembros del cuerpo de Policía Local de Argés dejen vacantes las plazas. Y, para echar los balones fuera, siguen esgrimiendo a la Guardia Civil, un cuerpo en el que no tiene competencias ni responsabilidades.

La solución es clara. La Policía Local de Argés necesita más efectivos y mejores condiciones laborales (como un espacio propio para ejercer su actividad, más aún teniendo en cuenta la ingente inversión económica que se ha decidido hacer para la construcción, ex nihilo, de un nuevo edificio consistorial). Por supuesto, ni que decir tiene que las plazas ya abiertas deben ser cubiertas de forma estable. La solución no pasa ni por la Guardia Civil ni por un grupo de voluntariado. La responsabilidad de las carestías en materia de seguridad ciudadana recaen, sin duda alguna, sobre la mayoría absoluta de Jesús Guerrero que se niega a estar a la altura de sus responsabilidades con los ciudadanos y ciudadanas del municipio de Argés.

Sergio Díaz, Asamblea Local de IU Argés